La segunda temporada de Valencia Basket fué la del primer ascenso a la ACB, aprovechando la oportunidad de la ampliación de la competición de 16 a 24 equipos y tras ganar un playoff por el ascenso ante Santa Coloma.
Fué la primera temporada en la Fuente de San Luis y se produce una transformación profunda en la plantilla empezando por el entrenador, se trae a Antonio Serra, que venía de ganar títulos con el Barça y que es recordado por Roberto Iñiguez uno de sus bases aquella temporada de la siguiente forma “para mi su figura fue muy importante, me dio confianza y aprendí muchísimo de su experiencia. Por otro lado creo que ayudó en ese momento a profesionalizar el club en muchos aspectos”. Efectivamente, lo que se pretendía con su fichaje es que ayudara no sólo ha ganar partidos, sino desde su experiencia a crecer a un club con sólo un año de vida.
Como segundo entrenador tendría a Toni Ferrer, el entrenador de la primera temporada y que sería también pieza importante para conseguir el objetivo del ascenso.
De la plantilla del año anterior sólo repiten Paco Guillem y Paco Pallardó el resto del equipo es totalmente nuevo. En el puesto de base un joven Roberto Iñiguez llegó procedente de las categorias inferiores de Baskonia, donde coincidió con Pablo Laso que ascendió al primer equipo vitoriano y Roberto tuvo que buscar oportunidades fuera.
Manu Rodriguez también comenzó la temporada en la plantilla pero no convenció al entrenador y fué cortado.
En los puestos exteriores llegaron jugadores fundamentales como Sergio Coterón, que llegaría procedente de Orense y disputaría las cuatro primeras temporadas del club en la ACB. Recuerda aquellos primeros momentos en el club en una entrevista en Las Provincias “Me llamó mucho la atención la cercanía que había con el club y con el paso de los años te das cuenta de la importancia de todo aquello”.
Su compañero Iñiguez nos recuerda la importancia de este jugador “era muy bueno, con muchísimo talento y carácter. Pero en los años que estuve en aquel Pamesa Valencia coincidí con un montón de jugadores con muchísima calidad y grandes compañeros; en general tengo un recuerdo fantástico de todos ellos tanto en la pista como en el vestuario”.
Los americanos fueron Clyde Mayes, un pivot rocoso de 2,03 que llegó con 34 años después de una larga trayectoria en la NBA, Francia, Italia y España (Manresa y Caja de Ronda) fué clave en el ascenso aunque en la temporada siguiente tuvo que ser cortado en la jornada 7.
Orlando Phillips, llegó después de que se decidiera dar de baja a Larry Spicer por bajo rendimiento. Orlando venia de una mala experiencia en Cajamadrid de Alcalá de Henares en ACB, a su llegada hizo estas declaraciones a Nuevo Basket “no pensaba volver a España debido al mal ambiente que respiré en mi etapa en el Cajamadrid. A mi nuevo equipo le falta rebote, pues Mayes está muy solo en esta faceta; yo, además de puntos, le voy a ayudar mucho en este aspecto”. Y cumplió sobradamente, su ayuda fué fundamental para darle consistencia al equipo.
Pero el dia 04 de Mayo de 1988 será un día importante para la historia del club, después de ganar el primer partido en Santa Coloma, se disputaba en la Fonteta el segundo partido que hizo posible el sueño de tener un equipo de baloncesto en la élite en Valencia.
Roberto Iñiguez recuerda aquel día “sobre todo la Fonteta llena; era la primera vez que el pabellón presentaba ese aspecto. El partido no fue muy bueno, tìpico día de nervios donde lo más importante era conseguir el objetivo de la temporada, ascender. Otro detalle que recuerdo de ese día fue la reacción de la gente al terminar el partido; invadieron la cancha y fueron minutos de euforia y mucha alegría”. “Para todos los aficionados al baloncesto fue un momento histórico. Tener un equipo de la ciudad en la ACB era muy difícil”, relataba Toni Ferrer.
El momento para el recuerdo es la canasta de Jerry Herranz, un mate de espaldas entre los oles de una afición totalmente entregada.