Jugador de los Raptors entre 1998 y 2004, Carter se convirtió en el enemigo público número 1 de Toronto tras pedir el traspaso y marcharse a los Nets
Quiso el 15 hacer a todos partícipes del momento. Aunque estadounidense, Carter fue el que hizo ver con sus brincos a los recién nacidos Raptors -en 1995-, el listón que podían saltar y el que despertó Canadá para que se diera cuenta de que el país en el que nació el inventor del baloncesto, James Naismith tenía que ser más relevante en el parqué.
En lo alto del Scotiabank Arena, junto al banner del anillo de 2019 y numerosas leyendas de los Maple Leafs de la NHL, ya descansa el primer dorsal retirado por los Raptors justo en la temporada en la que la franquicia cumple 30 años. Los Clippers permanecen ya como el único equipo de toda la NBA sin ningún dorsal retirado y su recién inaugurado palacio de dos billones como único pabellón de la liga del mundo como único sin camisetas legendarias en su techo.
Con el primer número que retiran, los Raptors subrayan esa particular idiosincrasia de contrastes que hacen a su manera especial el único equipo no estadounidense de la NBA. Porque no es habitual que un ídolo suba a los cielos, caiga y vuelva a subir a los cielos en lo más alto con el mejor honor para un jugador como es el caso de Carter, único en haber competido en la mejor liga del mundo en cuatro década distintas en sus 22 temporadas entre 1999 y 2020 como otro hito que le convierte único en la historia. Tras su marcha a los New Jerseys Nets hubo un tiempo en el que el escolta drafteado en el 5 por los Warriors y traspasado a los Raptors fue el tipo más odiado en Toronto.
Hasta que en 2014 Carter obtuvo el perdón cual hijo pródigo con un vídeo de homenaje por el 20 aniversario de la franquicia en su visita a la ciudad con los Grizzlies de Marc Gasol. El escolta nacido en Maitland (Florida) en 1977 también militó en Orlando Magic, Phoenix Suns, Dallas Mavericks, Sacramento Kings y Atlanta Hawks.
La de Carter en los Raptors fue una historia inacabada que define las peculiaridades de Toronto como la de DeMar DeRozan, irónicamente testigo presente en el acontecimiento como jugador ahora de los Kings y con 33 puntos. También de alguna manera equipo y jugador han hecho las paces después de lo que pareció ser un traspaso a traición, empaquetado rumbo a San Antonio en 2018 en la todavía sonada operación por Kawhi Leonard pese a ser el santo y seña de la franquicia por una década.
La gran pregunta que dejará la resaca de la fiesta de Vince Carter es la de cuál será el siguiente Raptor en ver su camiseta elevada. Al margen de los miembros de los Raptors campeones de 2019, DeMar DeRozan gana enteros y, aunque difícil, no es descabellado pensar en José Manuel Calderón, quien contribuyó a poner los fundamentos en el sostenido crecimiento de la franquicia canadiense hasta alcanzar el cenit en 2019. El base de Villanueva de la Serena se ganó el cariño de la hinchada raptor con su etapa entre 2005 y 2013, ocupando un sitio importante en la historia de Toronto como segundo máximo asistente con 3.770 sólo superado por Kyle Lowry y cuarto jugador con más partidos con 906. El extremeño también inició la tradición de españoles en los Raptors que luego siguieron Jorge Garbajosa, Marc Gasol, Serge Ibaka y Juancho Hernangómez.
Te interesa...